Investigadores del Miguel Servet (Zaragoza) asocian el daño del nervio óptico con la evolución de la esclerosis múltiple.
Investigadores del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza (HUMS) han relacionado el daño del nervio óptico con la pérdida de calidad de vida del paciente de esclerosis múltiple, una enfermedad del sistema nervioso central. Este dato puede ayudar a determinar la evolución y si el tratamiento que sigue el enfermo es el adecuado.
Según ha informado el Departamento de Sanidad, Bienestar Social y Familia del Gobierno de Aragón, para descubrir la evolución, sólo se requiere una prueba oftalmológica, inocua y que apenas se prolonga unos segundos, llamada tomografía de coherencia óptica (OCT), que permite realizar un escáner del ojo sin radiación.
Este análisis aporta un estudio detallado del nervio óptico y de todas las capas de la retina, y ha supuesto un cambio muy importante en el ámbito oftalmológico y en el de otras especialidades, como la neurología.
«Uno de los retos en la investigación en esclerosis múltiple es encontrar biomarcadores, es decir, unos parámetros que nos puedan definir el diagnóstico, o ayuden a predecir una respuesta al tratamiento, o un pronóstico», ha explicado el neurólogo Jesús Martín.
Tras este estudio, ha agregado, «nos encontramos con que la OCT podría constituirse como un biomarcador de primera magnitud, en aspectos como pronósticos. Si este marcador empeora, es que la enfermedad progresa o no está bien controlada, y eso es importante».
Noticia en el Diario del Altoaragon, 22-4-2013